Una Visita Inesperada
- cronicasenjulio
- 7 feb 2020
- 2 Min. de lectura

Esta es la pequeña historia de tantas historias que habitan nuestros corazones. Hace algunos años vivía frente a un parque, en este, las personas tenían la costumbre de abandonar gatos, simplemente los dejaban tirados; lo que nos llevó a empezar a recogerlos y darles cobijo mientras les podíamos buscar un hogar. Pero como cualquier persona sabe, el ritmo de adopción a comparación de la forma descontrolada con que los abandonan es muy menor, lo que llevo poco a poco a que se rescatarán más de los que se adoptaban. Llegamos a tener 30 gatos, que en comparación a muchos albergues es poco, pero para una casa pequeña (e ingresos pequeños) es demasiado. Fue así como entre vecinos se corrió la voz de quienes cuidaban los gaticos abandonados en el parque, pero para nuestra sorpresa no solo fue entre los vecinos.
Un día como cualquier otro, era la hora de comer de la manada, en teoría cada uno tiene su comedero (cualquier persona con varios gatos sabe que eso no significa mucho), cual es nuestra sorpresa que mientras le estábamos dando comida de la nada hay un gato más … así no más, de la nada este gato aparece, pidiendo comida como cualquier otro y entre todos los otros, era uno más de la manada y ni nos habíamos dado cuenta. Así durante varios días, el gato llegaba, comía y se iba, y como teníamos horarios establecidos de comidas, era muy puntual, tanto que la seña para servirles se había vuelto si había llegado “la visita”.
Y es así como de un momento a otro, el gato decide que igual mejor se queda, de esta forma el gato nunca volvió a irse y paso de llamarse “la visita” a “visitica”.
Con los años el gato nunca fue adoptado, lo que lo convierte a uno más de la familia, adoptas sus costumbres, particularidades y lo hermoso que hace una convivencia con los animales.
Con el pasar de los años, desarrollo una enfermedad en la piel, yo ya había dejado de vivir en la casa y ahora vivía en un apartamento (con kira y chisaii, otros dos animalitos rescatados), así que mientras estaba en tratamiento lo iba a tener en el apartamento.
El tratamiento iba muy bien, el gato se adaptó al nuevo hogar y se llevaba bien con chisaii (kira si lo odiaba a muerte), mi esposa, aunque al principio reacia, le termino cogiendo cariño dada la intensidad del gato, que supo ganarse su corazón a punta de acoso absoluto e indiscriminado.
Una mañana el gato dormía plácidamente en una silla al lado de mi esposa mientras ella trabajaba, me cuenta que de un momento a otro el gato cayó al suelo y comenzó a convulsionar, en cuestión de segundos el gato ya tenía los ojos blancos y había perdido continencia.
No nos dio tiempo a reaccionar.
Lo llevamos a enterrar en nuestro cementerio de mascotas particular, donde están todos sus otros hermanitos de crianza que ya nos han dejado por el camino.
Sus ultimo días fue de unos mimos impresionantes, se ve que disfruto mucho el poco tiempo que vivió entre nosotros. Amen y protejan a sus mascotas, gánense su corazón, nunca sabemos cuándo los perdemos.

23 de Enero de 2020
Comments